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miércoles, 6 de abril de 2011

Cuarto día– Creados para vivir para siempre

Después de un par de días desconectado por múltiples tareas, vuelvo a tener tiempo para postear mi comentario al cuarto capítulo del cuarto día del libro, así que aquí vamos.
Mientras leía las páginas me recordaba del porque hace un par de años atrás deje el libro sin leer, y no se debió a flojera o apatía, sino más bien a que la teología del autor nunca me convenció del todo. Ahora, creo que esta sensación no ha cambiado desde entonces, pues sigo sintiendo que lo presentando por Rick sigue siendo demasiado simple, y no digo que la teología tenga que presentarse con palabras difíciles de entender, utilizando conceptos y figuras complejas. Lo que siento más bien es que Rick nos presenta una “teología superficial”, una teología que no profundiza en aspectos que podrían ser ricos y sobreabundantes en el conocimiento y en la Gracia de Dios. Esto, no porque el autor no tenga la capacidad para hacerlo, sino más bien porque no desea complicar a sus lectores, y según mi opinión, es lo más peligroso del libro, pues hablar del evangelio sin mencionar el pecado, la condenación y el juicio es minimizar la obra de la Cruz de Cristo, de hecho hasta ahora, no existe ni una sola mención a la muerte de Cristo de manera directa como la única fuente de la salvación.
El tema principal del capítulo es despertar en nosotros los lectores, la realidad de la eternidad. Es verdad que las Escrituras nos indican que la muerte no es el fin de la existencia y que fuimos creados como seres eternos. Sin embargo, no es verdad que todos vamos a vivir para siempre, pues la Biblia es clara en afirmar que algunos, lamentablemente la gran mayoría de la humanidad, va a “morir para siempre” -  fue el mismo Señor que dijo “…ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella”. Sorpresivamente para mí, Rick por fin utiliza una palabra “dura” para los oyentes en el capitulo cuando nos dice:
“La vida terrenal nos brinda muchas opciones, pero la eternidad sólo nos da dos: el cielo o el infierno.”
Podría haber profundizado un poco más, pero continúa:
“Tu relación con Dios en la tierra determinará el tipo de relación que tendrás con él en la eternidad. Si aprendes a amar y a confiar en Jesucristo, el Hijo de Dios, tendrás la invitación para estar toda la eternidad con Él. Por otro lado, si rechazas su amor, perdón y salvación, pasarás la eternidad apartado de Dios para siempre.”
A pesar de mencionar el infierno como una realidad, y una posibilidad para la eternidad, el autor nos asegura que lo único  que tenemos que hacer para no ir a ahí, es aprender a amar y a confiar en Jesucristo. Yo me pregunto:  ¿Y dónde queda el arrepentimiento? ¿Y qué hay de la convicción de pecado?  Pero Rick simplifica todo, y luego de este breve paréntesis continúa con frases que me hacen cuestionarme una vez más si acaso estamos o no frente a un libro de autoayuda.
Rick nos dice:
“Una vez que comprendes que la vida es más que vivir el aquí y ahora, que es una preparación para la eternidad, entonces comienzas a vivir de una manera diferente. Cuando vives a la luz de la eternidad, tus valores cambian, y eso te da la pauta de cómo manejar toda relación, tarea y circunstancia.”
La Biblia nos dice que lo único que puede hacer que una persona comience a vivir de manera diferente, es Cristo – “De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17 -.  y no el comprender que somos eternos.  


El capitulo continua con un error común en el libro que es aplicar versículos dirigidos a creyentes de manera general. Por ejemplo menciona el pasaje de 2da de Corintios 5:1 que dice:Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.”,  y Rick lo aplica a todo el mundo, siendo que el apóstol Pablo les habla solo a creyentes, pues la casa eterna en los cielos, el nuevo cuerpo que recibiremos una vez que seamos liberados por fin del pecado, le pertenece solo a aquellos que hemos sido salvados por la fe en Cristo.  Yo no puedo llegar, tomar un texto de la Biblia y aplicarlo a todo el mundo, tengo que tener mucho cuidado pues puedo producir confusión en la interpretación.
Mi reflexión final para este día es que este libro no debiera caer en manos de nuestros amigos que no son creyentes. Lamentablemente el evangelio presentado en el libro es un”evangelio parcial” y los records de venta de “Una Vida con Propósito” en el mundo entero, no son el reflejo de un despertar espiritual, sino más bien son la representación de que el  moldear el verdadero mensaje de Dios para el Ser Humano, con lo que la gente quiere oír, siempre producirá buenos resultados, iglesias llenas y montones de dólares de ganancias… Pero hablar del pecado, del juicio y de la salvación por la fe en Cristo, nunca fue y nunca será un tema popular...


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